En un agasajo realizado esta semana pasada en la
Casa Blanca, en la que el
Presidente de los Estados Unidos Barack Obama recibió a los jugadores de
Colorado Rapids, campeones de la liga estadounidense, se le obsequió una camiseta del equipo triunfador con el número
diez en la espalda. Al recibirla, se le explicó que el número
diez lo lleva el líder del equipo.
Obama sonrió y dijo que quienes podían llevar ese número eran
Messi y él. Pues bien, la visita parece haberle despertado al
Premio Nobel de la Paz el gusto por el fútbol. Y así fue que decidió ver el partido inicial de la
Copa América entre
Argentina y
Bolivia, en el cual nuestro equipo obtuvo un lamentable empate.
Obama no pudo ignorar este suceso hoy en una conferencia de prensa en la que volvió a compararse con el
astro del Barcelona:
"-Soy igual que él -mencionó
Obama-
en mi país no pego una, pero en el exterior, rompo todo-", sostuvo sonriente.
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