Aventando rumores sobre desavenencias, despejando impresiones sobre la no pertenencia a un proyecto común y cagándose lisa y llanamente en la detención de los integrantes de
La Cámpora, el intendente
Gustavo Pulti se reunió durante el mediodía del pasado sábado con la
Mesa del Frente para la Victoria marplatense. Allí, estadistas como
Adela Segarra, afanantes de la
Reserva Puerto como
Daniel Rodriguez y otras figuras coincidieron en que, si bien el encuentro sólo se realizó para acercar algunas posiciones, el espacio político que integran precisa una figura exitosa para compensar el pertinaz fracaso que sus rostros han significado en la historia de la agrupación. Por su parte, desde
Venezuela, el referente del espacio y embajador argentino en aquel país,
Carlos Cheppi, celebró la reunión y manifestó que si bien aún sostiene que
"se debe gobernar desde Yrigoyen y Luro, que esta administración maneja muchos quioscos, que el intendente debería ponerse al frente de la seguridad de la ciudad, que Aldrey Iglesias es el Magnetto local, que el diario La Capital sostiene el mismo discurso que La Nación y Clarín, además de apañar a las redes de trata por publicar en sus páginas anuncios relativos a la prostitución, es notable como estas cosas son vertientes de un pensamiento común que, lejos de separarnos, es capaz de crear un espacio de entendimiento para encontrar soluciones útiles a fin de que no se noten estos y otros desacuerdos". La
Mesa del FPV ya está lista para salir junto a
Pulti a caminar por la costa, y trascendió que
Adela Segarra será la encargada de lucir la bikini que atraiga a marplatenses y turistas en la caminata.
"-No seré Donda, pero estoy igual de chapa-", bromeó la diputada. A su vez, el intendente se mostró satisfecho por la reunión y manifestó que
"-Confiamos en el Proyecto Nacional y Popular porque nos parece una herramienta indispensable para redistribuir la pobreza que nuestro sistema excluyente y privatizador genera-", mientras que
Daniel Rodriguez calificó de
"positiva" la inesperada reunión:
"-Con Pulti pudimos hablar a calzón quitado. Y todavía nos duele-", remató
