Infectólogos formados al fragor de las aulas y de los baños públicos logran "achotar la curva" del Covid-19

La curva, notoriamente achotada por los científicos.

"Puto el que contagia", bromea el profesor Silvio Tognola al conectarse via Skype con este redactor, y en esa expresión, no soslaya su formación. El hombre de ciencia lidera un equipo de investigación formado por prestigiosos infectólogos de las principales universidades públicas de todo el país. Por estos días, lejos de la quietud que impone la cuarentena, su laboratorio es el centro de las miradas científicas. Tognola y su equipo han logrado "achotar la curva" de crecimiento del virus. "Nos formamos en la Universidad pública", nos cuenta Tognola, "en aulas repletas, calurosas en los meses cálidos, heladas en invierno y llenas de humo de cigarrillo", explicó, "solíamos estudiar en los pasillos, en los exiguos bares universitarios y sobretodo, en los baños públicos de las universidades", recordó. El profesor interroga: "¿Quién no ha tenido un compañero gracioso que no le haya dibujado una chota, un brutal pene, con un marcador sobre la fórmica del banco que uno ocuparía segundos después?, ¿quién no ha visto chotas en los sucios retretes de los baños universitarios a los que solíamos acudir en busca de una fugaz calma para estudiar antes de un final?" Por estos días, su equipo ha logrado achotar la curva de crecimiento del Covid-19 en varios distritos, en busca de lograr esa calma que permita un respiro para pensar y atacar al virus con más inteligencia. "El maltrato universitario nos obliga a pensar en cómo ser mejores, y en eso estamos", asegura Tognola.

Se provoca una erección y cruza primero la meta: medalla de oro

Un hecho inédito se registró ayer, durante la final masculina de los 400 metros llanos en el marco de los Juegos Olímpicos Rio 2016 cuando el atleta senegalés Jean-Luc Mboguembe se provocó una erección para lograr aventajar al alemán Herman Kessle, con quien marchaba prácticamente empatado. El velocista africano ganó así la carrera y consiguió la presea dorada, aventajando al alemán por apenas 43 cm, el exacto largo de su pene.
Todo sucedió cuando al promediar la carrera, estaba claro que Mboguembe y Kessle protagonizarían una final vibrante. En efecto, en la pista no lograban sacarse ventaja, y marchaban a la par. Sin embargo, a unos 100 metros de la meta, Mboguembe comenzó a hacer raros gestos, al tiempo que se llevaba las manos a la ingle con rápidos movimientos de sus muñecas. Cuando faltaban unos quince metros para el final, el senegalés extrajo de sus pantalones una impresionante chota erecta, al tiempo que continuaba corriendo despreocupadamente junto al corredor alemán. Al llegar a la línea final, el pene de Mboguembe atravesó la meta primero, consiguiendo una valiosa medalla de oro. No se informó si la erección lograda por Mboguembe contó con la colaboración de algún miembro femenino de la delegación de Senegal, estratégicamente ubicado fuera de la pista, mostrándole al corredor pechos o nalgas insinuantes, pero se adelantó que se estudian las cámaras de seguridad del estadio.
Si bien el Comité Olímpico avaló la victoria del africano, expresó su condena contra este tipo de estrategias "Acá no se trata de demostrar quién la tiene más grande", se lamentó el alemán Tomas Bach, presidente del Comité Olímpico y compatriota del deportista derrotado.