(Por Chove Comsol, mujer periodista de cosas de mujeres)
La primavera ya está entre nosotros y sólo es cuestión de tiempo para empezar a pensar en el verano. Pero tras la crisis del Covid, no son pocas las que se preguntan ¿Cómo será la nueva temporada estival? Los rebrotes en los centros veraniegos europeos nos ponen en alerta y nos permiten aprender que al virus no hay que dejarle agujero libre. Es por eso que los expertos aconsejan el uso de bikinis que cubran perfectamente la cavidad anal, de modo que el coronavirus presente en el aire no pueda hallar ningún intersticio.
El hilo dental ¿un femicida en potencia?
De acuerdo a los expertos consultados, las fanáticas del llamado hilo dental deberán archivarlo, al menos durante este verano. El fino filamento no sólo no sería eficaz para detener al virus, sino que también actuaría como un conducto capaz de depositar a este cruel enemigo a las puertas de tu ano y hasta de tu vagina. El zarandeo permanente obraría en nuestra contra y actuaría como un delivery de virus hacia tus partes. Los expertos aconsejan el uso de culottes, con una definida franja de tela sobre el agujero, el cual debería mantenerse equidistante entre ambos dobladillos. La arena húmeda podría trasladar el Covid hacia las profundidades de tu upite, por lo que es preferible que siempre apoyes el orto sobre una lona convenientemente limpia y permanentemente vaciada de arena. Pero no desesperes: ¡se puede ser sexy aún con la malla de la abuela!
¡No te depiles!
De acuerdo a algunos estudios, la abundante pilosidad genital actúa como un poderoso arrecife para contener al virus. Debemos decirlo: aquí, en cuestión de pelos, más es mejor. La indefinida e interminable ondulación en la vellosidad actúa como una distracción para el virus, que así debe recorrer mucho más espacio hasta adentrarse en tus carnes. Así que dejate crecer la pelambre, que sobresalga de entre la tela, que es por salud. Y quien no lo entienda, ¡a deconstruirse!
Sexo playero: lo que hay que saber
Es una pena tener que postergar esos atardeceres románticos en los que el sol ya se oculta por detrás de la ciudad y en los que fingís tener frío y te cubrís con un toallón para que tu novio, que viene transpirado de jugar veinte picados desde el mediodía, se siente detrás tuyo mientras te corre la tanga y mientras se toma un mate lavado, te entierra su venosa extremidad hasta el fondo. Quien no tuvo una tarde así, miente o es una pobre tonta. Pero alerta, exigile que se ponga un preservativo. Desde luego que lo conocés, lo ves todos los días y lo sabés sano, pero ¿por qué no dudar de esos desconocidos con los que jugó al fútbol desde que llegaron a la playa? Además, no sólo se trata de sentir el húmedo calor de un ocote, sino de todo lo demás que los rodea: el sonido del mar lamiendo la arena, el graznido de las gaviotas, la suave brisa, los colores del cielo, este tiempo único para los dos y un niño que llora porque sus padres lo olvidaron. Si lográs que él también te cuide, ¡es tuyo para siempre!
Todas sabemos que para las que no somos pectoralmente afortunadas, el orto es un arma de seducción fundamental. Acaso la más importante. Sin embargo, el diálogo entre nosotras puede ayudar muchísimo, y contribuir para no arriesgarnos inútilmente y enfermarnos. Es fundamental que todas nos cuidemos. No te pongas mal si este año, tu orto se verá un tanto deslucido, por los cuidados necesarios y los meses sin gimnasio y ¡si! Tal vez sea el tiempo de las que tienen ese par de pechos soñados ¡Qué bronca! Pero tal vez nos sirva comprender que no sólo somos un buen culo y extender nuestra femineidad a otros ámbitos. Sé inteligente y dejalo que mire tetas, que a la noche le agarrás el zodape como si fuera el jackpot del Casino y le zampás un petuzo hasta que vez de ojos, le aparezcan dos cerezas.
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