En repudio a los ataques de la zarista Unión Soviética a la integralidad territorial ucraniana, muchos monumentos, estadios y edificios del mundo se tiñeron con los colores de la bandera del país agredido. En Buenos Aires, el tradicional Obelisco fue iluminado con los colores del país de Europa Oriental. Al mismo tiempo, varios deportistas anunciaron que no participarían de torneos disputados en Rusia y en varias ciudades se realizaron marchas y manifestaciones en solidaridad con Ucrania. El ámbito deportivo argentino no quedaría afuera de un pronunciamiento: según se supo, el primer equipo de Boca Juniors jugaría ante Independiente este sábado 26 de febrero vistiendo los colores del país presidido por Volodimir Zelenski. De esta manera, el equipo de la ribera expresaría su adhesión al país invadido por la Rusia zar-comunista. Al mismo tiempo, Boca eliminaría las menciones en su museo, a los triunfos obtenidos bajo la dirección técnica de Miguel Ángel Russo, y quitarían una placa evocativa del jugador y entrenador Jorge "Ruso" Ribolzi, una vieja gloria del club, como también se evitaría mencionar al Ruso Hrabina y al Ruso Krasouski. Al parecer, los equipos femeninos de fútbol y los de voley, basket y otros deportes del xeneize adoptarían la misma conducta.
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