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| La crueldad de las imágenes es evidente |
La televisión siria difundió anoche imágenes de una crueldad inédita: cerca de medio centenar de mujeres de yihadistas que apoyan al grupo armado denominado Estado Islámico capturadas por soldados estadounidenses, fueron desnudadas públicamente en un lugar no identificado del desierto. Las mujeres, tras leer una proclama en la que culpan de su
desnudación a las fuerzas del
Estado Islámico, fueron despojadas violentamente de su vestimenta ritual, el
burkha, que nunca deja ver espacio corporal alguno,
y expuestas públicamente a la reacción de los demás soldados y del público que presenciaba el acto. Los cuerpos de muchas de ellas jamás habían visto el sol en lo que llevan de vida. Otras no habían estado desnudas ante otras personas que no fueran sus maridos anteriormente, mientras que otras jamás en sus vidas habían estado totalmente desnudas.
"¡Me quiero matar!", gritaba un yihadista mientras movía hacia arriba y hacia abajo su torso, "¿sabés lo que me costó tener esa mujer? ¡Tres ovejas, una camella y cinco hogazas de pan de pita, y todo para que un yanqui inmundo la ponga en bolas y se la coja, porque seguro que también se la cogió! ¡Hija de puta! ¡Ahora no la quiero más! ¡Era la mejor de mis cuatro mujeres!", gritaba desesperado. Mientras que
Sadnam Al-Yashuaghi identificó a su hija entre las mujeres desnudadas:
"Al parecer se encuentra bien, es la que tenía semen en la boca", dijo. El soldado estadounidense encargado de las desnudaciones desafió a la cúpula de
Isis al grito de
"Isis, this is for your agressive policy against the United States, Behead this one, cat!" (¡Isis, esto es por tu política agresiva en contra de los Estados Unidos: decapitate ésta, gato!), antes de arrancarle las vestimentas. En el mundo islámico, la desnudación es una grave humillación a sus creencias.
"Me trataron bien", aseguró una de las víctimas
"sólo me violó uno de los escuadrones, pero me prometieron la green card". Según
Isis, el soldado norteamericano que llevó a cabo las desnudaciones
"tiene un fuerte acento irakí", y están procurando identificarlo decapitando a todos los irakíes con los que se crucen. Varios canales sirios optaron por no emitir todo el video por la crueldad de sus imágenes, y aún no confirmaron si las desnudaciones realmente existieron.
Yahmur Awaddi, un reconocido periodista sirio admitió que están tratando de comprobar la veracidad del video:
"Me lo voy a llevar a mi casa y lo voy a mirar una y otra vez toda la noche para verificar su autenticidad", dijo en su noticiero.
