Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral han dado con un hallazgo atribuíble al genio de Manuel Belgrano. Al parecer, la primera bandera nacional tenía forma de cono. Los restos de un cono hallado en 2016 debajo de un promontorio en las costas del Paraná, cercano a los emplazamientos de las baterías Libertad e Independencia, hubieran quedado como el mudo testimonio de algo incomprendido, pero fue hasta que un párrafo hasta ahora ilegible de una carta de Belgrano a Bernardino Rivadavia logró ser descifrado, que la verdad pudo saberse:
"Y conforme a la necesidad de distinguirnos en la batalla, sepa V.S. que mandé fabricar conos dulces con los colores azul celeste y blanco que, adheridos en su sección más ancha a las ropas militares con cera o una sustancia similar, nos dará identidad en las guerras de la independencia", cita el prócer en su misiva. "Enarbolamos el cono nacional el 25 de febrero a las 6 de la tarde, y le rendimos honores", continúa escribiendo, "Pero a poco de aquel hecho, noté que las clases pudientes, plagadas de energúmenos ignorantes que manifestaban en forma irracional a favor de la libertad de ser españoles y continuar con sus contrabandos y comercio de esclavos, y en contra de nuestra presencia en defensa del pueblo, hacían mofa del cono nacional y se lo pegaban en la frente como si se burlaran de las tropas. De modo que permití que se quedaran con él, que adopten esa costumbre ñoña, pues en esas frentes no había más sustancia que el cono, y mandé coser una bandera que enarbolé el 27 de febrero del presente 1812 y que de ahora en más, nos distinguirá entre las naciones del orbe", dice el héroe de Salta y Tucumán. Al parecer, las clases dominantes argentinas de aquella época fueron las inventoras del popular "cucurucho en la frente", y han mantenido esta costumbre que habrían difundido por el planeta. Un invento argentino más que probaría nuestro ingenio y ¿porqué no? indudable picardía.
"Y conforme a la necesidad de distinguirnos en la batalla, sepa V.S. que mandé fabricar conos dulces con los colores azul celeste y blanco que, adheridos en su sección más ancha a las ropas militares con cera o una sustancia similar, nos dará identidad en las guerras de la independencia", cita el prócer en su misiva. "Enarbolamos el cono nacional el 25 de febrero a las 6 de la tarde, y le rendimos honores", continúa escribiendo, "Pero a poco de aquel hecho, noté que las clases pudientes, plagadas de energúmenos ignorantes que manifestaban en forma irracional a favor de la libertad de ser españoles y continuar con sus contrabandos y comercio de esclavos, y en contra de nuestra presencia en defensa del pueblo, hacían mofa del cono nacional y se lo pegaban en la frente como si se burlaran de las tropas. De modo que permití que se quedaran con él, que adopten esa costumbre ñoña, pues en esas frentes no había más sustancia que el cono, y mandé coser una bandera que enarbolé el 27 de febrero del presente 1812 y que de ahora en más, nos distinguirá entre las naciones del orbe", dice el héroe de Salta y Tucumán. Al parecer, las clases dominantes argentinas de aquella época fueron las inventoras del popular "cucurucho en la frente", y han mantenido esta costumbre que habrían difundido por el planeta. Un invento argentino más que probaría nuestro ingenio y ¿porqué no? indudable picardía.
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