La organización de un baby shower clandestino, violatorio de todo sentido común, norma y cuarentena, desató una verdadera polémica en la sociedad de Necochea. La irresponsabilidad manifestada por quienes fueron parte de esta reunión generó las iras de quienes se sentían orgullosos de una ciudad que, con muchos esfuerzos y limitación de actividades, había logrado que durante 60 días no se hubieran presentado casos. Mucha gente muestra su enojo y hasta señala sin demasiada certeza, a eventuales participantes de la reunión tilinga, mientras que muchos de los concurrentes a la fiesta, por miedo a la estigmatización, ocultan haber estado, transformándose en una posible fuente de contagio. Hasta el momento, la reunión dio por resultado 23 contagios y aunque el intendente Arturo Rojas aseguró que el brote "está controlado", reconoce recibir permanentes presiones para que los afectados, además de los síntomas del Covid, tengan su merecido escarmiento.
Es por eso que desde la oficina del intendente se está elaborando un protocolo para que, con las mayores medidas de seguridad, los vecinos indignados puedan concurrir a lugares de internación y aislamiento, a patearles el culo a estos irresponsables. La medida podrá ser aprobada en breve, por lo que algunos de los eventuales participantes podrán hacer efectiva su sanción, tal vez durante el fin de semana. Se cree que habría una gran cantidad de inscriptos y que éstos deban ser repartidos durante varios días. "Es la manera de alcanzar una paz compensatoria y cerrar este tema de una buena vez", sostuvo el intendente.
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